Definitivamente cultivar las buenas experiencias con la comida y dejar recuerdos positivos en familia es la clave para una feliz relación con los alimentos. En este sentido te preguntamos ¿A tu niño no le gusta comer?, pues hoy te damos la respuesta y te orientamos para que tu pequeño disfrute este sagrado momento.
Desde que tenemos a nuestros pequeños en la barriga, la comida es expresión de amor de una madre a su hijo.
La mujer en estado de gestación percibe la experiencia sensorial, desde la imaginación inclusive antes de comer, como lo ve, lo que le provoca y los olores que siente; creando estímulos ante de su llegada.
Es por ello, que nutrirse con gozo, respeto y disfrute es el mejor ejemplo para que los niños de la casa, tengas una buena relación con el alimento.
¿A tu niño no le gusta comer?
Hay dos momentos muy comunes en que los pequeños de la casa tienen inapetencia con los alimentos generando conductas de Neofobia; estos comportamientos aparecen en algunos niños alrededor de los 2 años y luego a los 5 años, muchas veces por la preferencia de golosinas a temprana edad o obligarlo a comer algo con mala actitud creándose detonantes.
Para superar esta etapa, es necesario variarle la comida y mantenernos firmes con buena actitud ofreciendo al menos 20 veces las verduras y vegetales; en diferentes presentaciones.
Es vital que como padres los involucremos creando recetas divertidas, realizando las compras, te garantizamos que esta será una enriquecedora experiencia positiva de conexión.
Asimismo, es ideal comer de vez en cuando en un buen restaurant, esto incentiva el buen comer y la abundancia en su percepción del dinero.
El momento de comer es sagrado
Es importante, que en casa, debemos cumplir cierto ritual al momento de las comidas. A continuación te damos algunas recomendaciones importantes para este sagrado momento:
Antes de comer te exhortamos a apagar 20 minutos antes las pantallas, ipad, t.v., alejar celulares.
Igualmente, es bueno encantar la mente de tu hijo con los olores y palabras que describan lo deliciosa que estará la comida, comentando por ejemplo, “que jugoso está este pollo, doradito, suave, que rico”. Palabras que potencien el gusto, como una invitación, siempre inclusivas “ven vamos a comer juntos”.
Asimismo, es positivo invitar a los niños a servir la mesa, sentarnos tranquilos y alegres, como si estuviéramos en un restaurant esperando la rica comida que nos imaginamos comer, en silencio, sin televisión y con una música de ambiente de relajación; comer con una mesa bien puesta, evitar pensamientos y comentarios desagradables inapropiados que detonen emociones, generen fobias y rechazos.
“Todo lo que comemos nos sana y nos nutre”, ese es el mensaje positivo que debemos siempre darle a la mente de nuestros hijos en ese momento tan sagrado de la hora de la comida, para desarrollar un buen hábito y relación con los alimentos.